El rol de la persona dinamizadora

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Antes de empezar a impartir el taller, es importante tener claro el rol que debe adoptar la persona dinamizadora durante el desarrollo del mismo.

Definir este perfil y rol es una tarea compleja ya que debe abordarse desde un planteamiento abierto que permita incorporar todo el abanico de circunstancias: su propio perfil profesional, las características de la entidad que acoge el telecentro (entidad social, biblioteca, ayuntamiento...) y las peculiaridades de su entorno (entorno rural, urbano, barrio marginal...) así como la tipología dominante de los usuarios.

Partimos de la premisa de que la persona dinamizadora NO es insertora laboral sino que facilita y capacita a los usuarios en las habilidades y competencias, que mediante las TIC, pueden ayudar y facilitar los procesos de búsqueda de empleo y, por extensión, facilitar su inclusión social.

Algunas ideas respecto a los participantes:
    • Intentaremos mantener una actitud motivadora, presentando la propuesta al participante del taller como un elemento interesante y útil que le puede ayudar positivamente en el proceso de búsqueda de trabajo.
    • El fin último que debe prevalecer durante el desarrollo del taller, es el de conseguir que la persona se desenvuelva autónomamente en su propio proceso de búsqueda activa de empleo.

    • Intentaremos establecer puentes de empatía. Debemos tener en cuenta la instrucción e información con las que el usuario llega al taller y los mecanismos psicológicos que pone en marcha al afrontar un cambio: características personales, resistencias al cambio, motivación, competencias personales y profesionales, autonomía... Debemos tender a canalizar las inquietudes y aspiraciones del usuario, facilitando su contacto con las TIC y guiándolo en el proceso de búsqueda de empleo, pero también teniendo en cuenta que es la persona quien decide de qué y dónde quiere buscar trabajo. Es necesario evitar nuestra implicación personal en los resultados de la búsqueda o la creación de expectativas de resultados desproporcionadas, como por ejemplo "pienso que serías un buen maestro...".

    • Tenemos que saber escuchar a la persona que nos llega con la inquietud del empleo. Esta premisa, una de las más repetidas a los profesionales de la intervención social y pedagógica, es importante tenerla siempre en mente como máxima de nuestro trabajo. A lo largo de este proceso captaremos muchas necesidades y aptitudes de las personas que se nos acercan para iniciar este camino y nos daremos cuenta de que el empleo no es el fin último de nuestra intervención sino un elemento más para que la persona se encuentre mejor.

    • Saber establecer relaciones de colaboración con el conjunto de profesionales que desarrollan acciones en el campo de la promoción de empleo en nuestro entorno, será especialmente importante para poder derivar a la persona a los organismos municipales o a  las instituciones especializadas y crear sinergias de colaboración con estos servicios.

    • Actitud creativa e innovadora. Cada persona acude a nuestros centros con cualidades, conocimientos y capacidades diferentes; con situaciones y vivencias distintas; así como con metas o expectativas diferenciadas. Deberíamos tender a huir de las recetas y estereotipos y favorecer que cada uno pueda encontrar su propio estilo.

    • Es importante dejar bien claro que la búsqueda de trabajo por Internet es un elemento más y que no anula otras acciones más tradicionales de búsqueda de empleo.
Más ideas respecto al taller:
  • El taller se puede aplicar de muchas maneras, pero seguramente sólo hay una que funcione en el contexto de un telecentro concreto. Hay que dedicar tiempo a decidir cual es y tener en cuenta que esta propuesta no es una receta de cocina donde la suma de los ingredientes en las proporciones indicadas nos dará un guiso sabroso.

  • No debemos improvisar ni actuar sobre la marcha. Tenemos que leer y comprender los contenidos que daremos a los participantes y probar las web y dinámicas que movilizaremos. Esto nos permitirá actuar con seguridad para transmitirla positivamente a los miembros del taller.

  • Debemos ser siempre sinceros. Si algo no nos sale o no lo sabemos hacer, hay que reconocerlo y proponer estrategias de resolución, por ejemplo: "vamos a resolverlo juntos, me informaré y el próximo día os lo cuento...".

  • Es una buena práctica organizar el seguimiento de cada uno de los miembros del taller. Disponer de una hoja de control de asistencia, con un espacio dedicado a anotar brevemente el punto donde está el participante, los compromisos adquiridos... nos ayudará a ser más eficientes. Esto es especialmente importante si en nuestro telecentro atendemos a muchas personas.

  • No hacer la guerra por nuestra cuenta. Si el telecentro depende de una organización o institución publica, seguramente habrá unos responsables de referencia con los que deberemos hablar y contrastar nuestras estrategias. Obtener otro punto de vista nos puede ayudar a afinar el plan y nos evitará situaciones embarazosas.

  • Compartir con la red y con otras personas dinamizadoras. Si el telecentro participa de una red, tratar de compartir la experiencia e intentar obtener información de "como les va" en otros telecentros. Esto ayudará a evitar errores y contribuirá a fortalecer la red.

  • Realizar informes periódicos de los resultados obtenidos. Esto fortalecerá la posición profesional de la persona dinamizadora y la ayudará a mejorar. Además estos informes pueden ser relevantes para obtener financiación y asegurar la sostenibilidad del telecentro.

Nota: Si encuentras algún error, si crees que hay maneras mejores de resolver algunos pasos (seguro que los hay), si tienes alguna sugerencia... no dejes de compartirlos y exponerlos en el foro de opiniones de este material. Tu colaboración ayudará a mejorar la propuesta de taller.

Última alteração: Monday, 25 January 2010, 14:40